y mi deseo erecto rozó tus pupilas, que en flor se abrieron a mis caricias, dejándote navegar sin rumbo, como si el viento danzara entre sauces y golondrinas. ¡Oh! vigilia de pasiones. Eres nueva, ahora; Y nuevo me esculpes, en desmanes saladinos que reconfortan. Tu fuego es mi calma y no existe más el ayer. ¿Cuál ayer? si en tus roces estoy naciendo. Pon tu nombre en mis morros, pues tu perfume es el mío. Y el polem de tus jugos me insemina de tentaciones. He desgarrado el velo, y desnuda te poseo, depositando estelas en tu libidinoso canto. ¡Que tu lluvia ténue me enloquezca! amada mía, perdición de mis sentidos. Te posaste en mis instintos, delicada, tibia, Eucaristía de fragancia, soneto agudo que acaricia, Amapola humectante en mis aposentos. Vuelve a callar mi alma con tu suave, y di la palabra... |
Un espacio para quienes se redescubren en lo sutil, donde las resonancias del ego son simple polvo en el sendero transitado, cuyo rumbo se orienta por una brújula rota, y no importa el fin sino el camino.
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Última Actualización: Sábado, 19 de Marzo de 2011 - Recomiendo: Hacauitz - Nuevo: Permíteme hoy.../...Fémina... (Ask the Mountains)
" ...Y tocándola, El muchacho elevó en el aire la rosa. Es fama -dijo- que puedes quemar una rosa y hacerla resurgir de la ceniza, por obra de tu arte. "
La Rosa de Paracelso, Jorge Luis Borges
Viembenidoz...
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La Danza de la Rosa... nuestra carta
sábado, 15 de enero de 2011
puthje mua... (y no te detengas)
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